El punctum es el elemento que transforma la visión de una imagen en una experiencia sensorial y emocional. En su libro "La cámara lúcida", el filósofo Roland Barthes acuñó este término para describir aquello que nos atraviesa, nos toca de forma inexplicable cuando miramos una fotografía. El punctum se mueve en los bordes de lo indecible y, evasivamente, va más allá de la técnica o
Al mirar una fotografía, se puede sentir el punctum. Es sutil, casi imperceptible, pero profundamente poderoso. Este poder es el que nos involucra, reconfigurando nuestro visión de la realidad e infundiendo a la imagen una complejidad emocional que la hace ineludiblemente magnética.
La experiencia punctum es personal y subjetiva. Lo que traspasa el alma de una persona puede no tener el mismo efecto en otra. La mirada de un niño, el detalle de un textura, la forma en que la luz incide sobre un objeto; Estos elementos pueden servir como elemento que inmortalice la fotografía en nuestro ser. Nos llama más allá de la superficie, para sondear las profundidades de la experiencia que una imagen puede encarnar.
Pero encontrar e incorporar punctum en una fotografía es un acto de agudeza e intuición. No es algo planificado ni forzado, ya que es un elemento que se da más en el ámbito de la percepción y reacción emocional del observador que en la intención deliberada del fotógrafo. Si bien un fotógrafo puede aspirar a crear una obra que tenga el potencial de evocar un punctum, la eficacia de esa intención sólo puede ser confirmada por la experiencia individual del espectador.
Cuando busca conscientemente crear un "efecto piercing", el fotógrafo puede, sin darse cuenta, desviarse hacia el reino del cliché o manipulación emocional,< /em que podría funcionar para algunos, pero puede que no tenga el resultado deseado de un punctum verdaderamente penetrante y universal.
La presencia o ausencia de un punctum también puede ser el factor decisivo en la longevidad de una obra fotográfica. Las imágenes que contienen esta cualidad misteriosa tienden a ser aquellas que permanecen con nosotros, que regresan a nuestra mente y que continúan afectándonos sin importar el tiempo o el lugar. Se convierten, a su manera silenciosa, en iconos de nuestro target experiencia colectiva, puente entre lo personal y lo universal.
El punctum, entonces, puede verse como una provocación y también como una propuesta. Desafía a los fotógrafos a ir más allá de la técnica y entrar en el ámbito de lo emocional, lo intuitivo e incluso lo espiritual. Y nos llama, como espectadores, a involucrarnos con la fotografía de una manera más profunda y significativa. Podemos, por tanto, empezar a entender la fotografía más allá de una representación del mundo, en un lenguaje que habla directamente al corazón.
En una búsqueda universal por tocar y ser tocado, encontramos en el punctum una forma de verdad que supera la articulación visual y se puede sentir verdaderamente. Es la magia de un fenómeno que, una vez vivido, inaugura en nosotros un nuevo paradigma de comprensión, enriquecimiento y ampliación de nuestras fronteras sensoriales.
Escrito por Angela Rosana, aprende más sobre mí aquí.< /span>
En las imágenes aparecen créditos a los fotógrafos, con enlaces a sus respectivos perfiles de Instagram. ¡Descubre más sobre el trabajo de cada persona!
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Publicación en Instagram en noviembre de 2023
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